Un alumno mata con una ballesta a un profesor en Barcelona
A propósito de esta noticia nos proponemos reflexionar sobre
Al construir las
noticias sobre violencia en las escuelas, se observa que ciertos medios de
comunicación lo hacen a través de etiquetamientos, rótulos o metáforas que
reducen el fenómeno, lo descontextualizan y lo simplifican. Esta operación
desliza la mirada hacia sentidos estigmatizantes en torno a la escuela y sus
actores.
¿De qué forma se produce este deslizamiento de sentidos? En el
sitio web http://jovenesyeducacion.com.ar
podemos
acceder a ciertas claves para interrogarnos y entender los mecanismos de
ocultamiento ante una noticia periodística referida a situaciones de violencia
en las escuelas.
- ¿Se intenta captar nuestra atención por medio de títulos
impactantes tales como “violencia escolar”? Al adjetivar la violencia como escolar (o
infantil o juvenil), la presenta como intrínseca a la escuela, a los niños o
jóvenes, cuando no lo es. La violencia es siempre relacional, socialmente
construida e históricamente situada y refiere a una multiplicidad de fenómenos y
representaciones sociales.
- ¿Se equipara conflicto con violencia? En realidad, sostenemos
que el no reconocimiento del conflicto genera las condiciones para los actos de
violencia.
- ¿Se emplea el término bullying desde un enfoque patologizante? Esta nominación, tiende
a individualizar el conflicto, atribuyendo el problema de las violencias en la
escuela a ciertos rasgos de personalidad del alumno, o incluso a un gen de la
violencia, sin dar cuenta de las relaciones que se establecen en cada
institución, del contexto social en donde se encuentran los alumnos.
- ¿El “mal comportamiento” de un alumno se descontextualiza? Por lo que termina
siendo explicado como carencias morales, mentales y de valores del sujeto o su
familia.
- ¿Los hechos se van exhibiendo como casos espectaculares? Sabemos que de ser así,
lentamente pasan a conformar “un prontuario de las infancias y juventudes” de
nuestros tiempos.
- Lo excepcional (los hechos de violencia) ¿es percibido como la
norma? Dejando
además a la escuela bajo un manto de sospecha sobre su eficacia en el control
de estas situaciones.
- ¿Se reitera el uso de metáforas que vinculan los hechos
descriptos con cierto peligro o amenaza? Estas metáforas que sostiene la
existencia de, por ejemplo, una “ola” o “epidemia” de violencias en las
escuelas que tiñe todo el cotidiano escolar, o se representa a la escuela como
un campo de batalla.
- ¿Prevalece un enfoque criminológico que asocia mecánicamente
violencia a delito? Esto conlleva, desde esta mirada, la existencia de un gen o
predisposición innata para la violencia.
- ¿En qué sección del diario aparece la noticia? Frecuentemente estas
noticias aparecen en la sección referida al ámbito policial (y no educativo).
- ¿Se utiliza un lenguaje penal? El lenguaje penal
utilizado cataloga a los estudiantes, sobre todo a aquellos atravesados por las
condiciones materiales y simbólicas de la desigualdad social, como
“delincuentes”, “matones”, “menores”, “rateritos”.
- ¿Se judicializa la infancia y la juventud?: la judicialización
consiste en dar un tratamiento criminológico a ciertos comportamientos sociales
que, si bien son transgresiones a las normas y códigos de con-vivencia (vivir
con otros; vivir junto a otros y otras), siempre son interpretados como faltas
graves ante la ley, tomando como referencia la letra del código penal. La judicialización de
la infancia y la juventud es un concepto que se desprende como consecuencia de
las prácticas del sistema legal (punitivo- represivo) de menores. Es por esto
una categoría histórica.
- ¿Se hace una distinción entre niños (sujetos de derechos) y
menores (objetos de tutela)? La categoría “menor” se forja en un circuito de
nominación y tutela que determina que esos sujetos queden inhibidos en su
acceso a otros territorios de la sociedad y la cultura. En cambio, al hablar de
niños, niñas, adolescentes y jóvenes nos situamos en otro paradigma que es el
de la doctrina de la protección integral.
Como
menciona Bourdieu, el periodismo cuenta con una posición privilegiada en la
lucha simbólica por el hacer ver y el hacer creer y es “entre todos los
productores de discursos quién dispone de los medios más potentes para hacerlo
circular e imponerlos”.
Extraído
de la clase Nº 2 del Seminario “Las situaciones complejas en las escuelas. La Guía Federal de
Orientaciones.” Progrma Nacional de Formación permanente Nuestra Escuela . Ministerio
de Educación de la Nación
y UMET. Argentina, 2015