MITOS QUE ATENTAN
CONTRA LAS POLÍTICAS DE RESTITUCIÓN DE DERECHOS BÁSICOS
Recuperamos aquí las investigaciones de Bernardo
Kliksberg, Asesor honorario de la
Unicef; asesor principal de la dirección de la FAO para América latina y el
Caribe.
Referimos a estos mitos porque
frecuentemente en nuestras clases se esgrimen
al momento de caracterizar el contexto social, político, económico y
cultural. Estas afirmaciones que también muchos docentes repiten sin
investigar estigmatizan a muchos de
nuestros alumnos y sus familias.
- Mito 1: La pobreza es responsabilidad individual.
Un periodista preguntó a un candidato a
vicepresidente de EE.UU., en plena crisis del 2008, con dos dígitos de
desocupación: “Usted ha propuesto abolir casi todos los sistemas de protección
social. Si viniera un joven desocupado muy enfermo y le dijera: ‘¿Qué hago para
sobrevivir si estoy desocupado y no tengo por tanto ningún seguro médico?’,
¿qué le diría?”. Contestó: “Si él llegó a esa situación es un problema de él”.
La manera más sencilla de liberarse de toda “culpa”, por las “víctimas” es
endilgarles la responsabilidad. Sus destinos son la resultante de la falta
de oportunidades y las desigualdades generadas por políticas como las
menemistas en los ’90 o las pinochetistas. La pobreza es un problema
individual, no colectivo.
- Mito 2: Los recursos entregados a los pobres son despilfarrados.
Sectores de las elites plantean paternalmente: “No
estamos en contra, lo que pasa es que en cuanto tienen dinero en el bolsillo lo
gastan en licores y juego, no saben cómo administrarlo, no saben qué se debe
comer, qué vamos a esperar de ellos, si apenas leen”. (…) Las madres de AUH
gastaron casi todo en mejores alimentos, más frutas, verduras y lácteos,
pañales desechables, zapatitos, ropa, útiles escolares, remedios y hasta un
“gustito” para los chicos. ¿Alguien conoce mejores administradores de recursos
escasos que las madres pobres?
- Mito 3: Fomenta el no trabajo y la
vagancia.
El derrotado Del Sel, cuando lo dijo lo llamó “un
sincericidio: “Si hay más chicas embarazadas quizás es porque algo ha provocado
que se embaracen, quizá para tener plata a los tres meses”. Alguna vez él o sus
asesores vieron algún estudio sobre eso. ¿Creía realmente que la mujer va a
decidir su maternidad por algunos pesos adicionales? Las cifras dicen lo
opuesto. La escolaridad ascendió fuertemente en los hogares que recibieron la AUH, y al aumentar los años de
educación de las niñas la asignación para embrazadas pobres, como se ha
verificado una y otra vez internacionalmente, baja la maternidad adolescente.
Es una vía muy efectiva para reducirla dicen la Unicef, la Unesco, y la Organización Mundial
de la Salud. Otros
más sofisticados que Del Sel dicen: “Con la AUH la gente deja de trabajar”; “Premia a los que
no quieren trabajar”. No son hogares que no trabajan. La AUH es el 25 por ciento de sus
ingresos, el otro 75 por ciento lo conseguían trabajando, pero en las peores
ocupaciones y cobrando muy poco. No podían negociar, debían sobrevivir. Ahora,
como tienen un “piso mínimo” asegurado, buscan mejores trabajos y capacitarse.
Para seguir leyendo
Alfredo
Zaiat, evalúa la investigación mencionada
http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-275377-2015-06-21.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario