ETICA DOCENTE

lunes, 6 de julio de 2015

POBREZA Y DESIGUALDAD




MITOS QUE   ATENTAN CONTRA  LAS POLÍTICAS DE RESTITUCIÓN   DE DERECHOS BÁSICOS
                        
Recuperamos  aquí las investigaciones de Bernardo Kliksberg, Asesor honorario de la Unicef; asesor principal de la dirección de la FAO para América latina y el Caribe.



Referimos a estos mitos porque frecuentemente en nuestras clases se esgrimen   al momento de caracterizar el contexto social, político, económico y cultural. Estas afirmaciones que también muchos docentes repiten sin investigar  estigmatizan a muchos de nuestros alumnos y sus familias. 

- Mito 1: La pobreza es responsabilidad individual.
Un periodista preguntó a un candidato a vicepresidente de EE.UU., en plena crisis del 2008, con dos dígitos de desocupación: “Usted ha propuesto abolir casi todos los sistemas de protección social. Si viniera un joven desocupado muy enfermo y le dijera: ‘¿Qué hago para sobrevivir si estoy desocupado y no tengo por tanto ningún seguro médico?’, ¿qué le diría?”. Contestó: “Si él llegó a esa situación es un problema de él”. La manera más sencilla de liberarse de toda “culpa”, por las “víctimas” es endilgarles la responsabilidad. Sus destinos son la resultante de la falta de oportunidades y las desigualdades generadas por políticas como las menemistas en los ’90 o las pinochetistas. La pobreza es un problema individual, no colectivo. 


- Mito 2: Los recursos entregados a los pobres son despilfarrados.
Sectores de las elites plantean paternalmente: “No estamos en contra, lo que pasa es que en cuanto tienen dinero en el bolsillo lo gastan en licores y juego, no saben cómo administrarlo, no saben qué se debe comer, qué vamos a esperar de ellos, si apenas leen”. (…) Las madres de AUH gastaron casi todo en mejores alimentos, más frutas, verduras y lácteos, pañales desechables, zapatitos, ropa, útiles escolares, remedios y hasta un “gustito” para los chicos. ¿Alguien conoce mejores administradores de recursos escasos que las madres pobres?

- Mito 3: Fomenta el no trabajo y la vagancia.
El derrotado Del Sel, cuando lo dijo lo llamó “un sincericidio: “Si hay más chicas embarazadas quizás es porque algo ha provocado que se embaracen, quizá para tener plata a los tres meses”. Alguna vez él o sus asesores vieron algún estudio sobre eso. ¿Creía realmente que la mujer va a decidir su maternidad por algunos pesos adicionales? Las cifras dicen lo opuesto. La escolaridad ascendió fuertemente en los hogares que recibieron la AUH, y al aumentar los años de educación de las niñas la asignación para embrazadas pobres, como se ha verificado una y otra vez internacionalmente, baja la maternidad adolescente. Es una vía muy efectiva para reducirla dicen la Unicef, la Unesco, y la Organización Mundial de la Salud. Otros más sofisticados que Del Sel dicen: “Con la AUH la gente deja de trabajar”; “Premia a los que no quieren trabajar”. No son hogares que no trabajan. La AUH es el 25 por ciento de sus ingresos, el otro 75 por ciento lo conseguían trabajando, pero en las peores ocupaciones y cobrando muy poco. No podían negociar, debían sobrevivir. Ahora, como tienen un “piso mínimo” asegurado, buscan mejores trabajos y capacitarse.

Para seguir leyendo
 Alfredo Zaiat, evalúa la investigación mencionada
http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-275377-2015-06-21.html

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