La
información es mucho más que poder. Los datos construyen percepciones, mundos
posibles y el pueblo actúa en base a los hechos que recibe y procesa. Controlar
y manipular los mensajes que emiten los medios es el sueño de los grupos
económicos y de los gobiernos dictatoriales.
Un rol pasivo
frente a las noticias puede implicar ser avasallado, atropellado por el mar de
información que circula en la actualidad. Entender, procesar y enseñar cómo
recibirlas tiene que ser uno de los objetivos de los educadores.
Una lectura
crítica evita caer en las operaciones de los medios, pero también en las
estigmatizaciones que elaboran. Además, los lectores-usuarios-consumidores
deben “correrse” de la clasificación tradicional de los géneros periodísticos y
tener una actitud analítica de todo lo que se comunica.
Dice Mario
Almirón en la nota publicada en Página 12 el miércoles 8 de octubre de 2014
http://www.pagina12.com.ar/diario/laventana/26-257054-2014-10-08.html
Martín Hopenhayn por su parte refiere que dos de los objetivos
del momento actual son: construir
ciudadanos y desarrollar sujetos
autónomos. (…)
…construcción de
ciudadanos significa que la educación
tiene que enseñar a leer ciudadanamente el mundo, es decir tiene que ayudar a
crear en los jóvenes una mentalidad crítica, cuestionadora, desajustadora de la
inercia en que la gente vive, desajustadora del acomodamiento en la riqueza y
de la resignación en la pobreza. Es mucho lo que queda por movilizar desde la
educación para renovar la cultura política, de manera que la sociedad no busque
salvadores sino genere sociabilidades para convivir, concertar, respetar
las reglas del juego ciudadano, desde las de tráfico hasta las del pago de
impuestos. Y en tercer lugar la educación es moderna en la medida en que sea
capaz de desarrollar sujetos autónomos. Frente a una sociedad que
masifica estructuralmente, que tiende a homogeneizar incluso cuando crea posibilidades
de diferenciación, la posibilidad de ser ciudadanos es directamente
proporcional al desarrollo de los jóvenes como sujetos autónomos, tanto
interiormente como en sus tomas de posición. Y libre significa jóvenes capaces
de saber leer/descifrar la publicidad y no dejarse masajear el cerebro, jóvenes
capaces de tomar distancia del arte de moda, de los libros de moda, que piensen
con su cabeza y no con las ideas que circulan a su alrededor.
Citado por Martín Barbero J.- “Jóvenes: comunicación e identidad” en Pensar Iberoamérica- Revista de cultura
–Número 0 Febrero 2002. Organización de Estados Iberoamericanos para la
educación, la ciencia y la cultura. (OEI)
Consultado en http://www.oei.es/pensariberoamerica/ric00a03.htm
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