El camino del
diálogo puede resultar un callejón sin salida
A
simple vista argumentación y violencia
son caminos contrapuestos, sin embargo creemos que se han combinado en una
mezcla explosiva que genera confusión e impide elaborar estrategias de acción.
La relación de exclusión entre argumentación y violencia aparece como evidente
cuando se hace presente la fuerza bruta para eliminar al contrincante
ideológico. Pero suele ocurrir que quien argumenta, por el sólo hecho de
hacerlo, no le está dando la espalda a la violencia. Dobles discursos,
silencios cómplices, medias verdades dan cuenta de esto.
Hay
argumentaciones violentas, no porque sean apasionadas o acaloradas. Entendemos por argumentaciones violentas
aquellas que "falsifican argumentos", los violentan. Se manipula,
se seduce, se cautiva el ánimo, se
convence, se confunde.
¿Cómo opera esto?
El vértigo simplificador, argumentaciones racionalizadoras, el uso
de palabras emotivas, las
falacias, tan viejas como Aristóteles.
Si este fenómeno
de argumentación violenta se da en la escuela,
adquiere un carácter doblemente perverso porque la escuela es el lugar
de la simbolización, de la alfabetización. La violencia encubierta
en el discurso escolar se vuelve doblemente perversa, negando en los
hechos la tarea liberadora del pensamiento.
La
argumentación exige desarrollar la capacidad de escuchar al otro, y
responderle y defenderse e intercambiar
creencias y modificar las propias creencias y respetar desacuerdos y negociar.
La violencia, un camino de nunca acabar
La violencia, el círculo vicioso
La violencia
externa elimina al interlocutor, calla a golpes, denuncia a la policía para que
encarcele, bombardea para acallar el
disenso.
La violencia
interna al discurso, silencia con argumentaciones falaces, debates
engañosos y enredos de palabras.
Una y otra forma
de violencia tienen idéntico propósito, la imposición de ciertas creencias, de
ciertos intereses. Una se apoya en la otra. La violencia externa se apoya,
complementa y reafirma en la violencia interna. Argumentaciones
racionalizadoras, suelen encubrir con un manto racional, pasiones e intereses.
La gente no da golpes y nada más, suele justificar los golpes con argumentos.
La violencia externa se apoya en ideologías. A su vez la violencia interna se
apoya, se complementa y reafirma en la violencia externa. La argumentación
violentada puede encerrarse en una
comunidad amurallada en la que no llegan otras razones, dando origen a
fanatismos sectarios que suelen inducir
a la violencia externa, a la fuerza bruta, legitimada por sus discursos
fundamentalistas, enfrentándonos a la contradicción que desde la argumentación
llega a la negación de la argumentación.
Hay otra violencia encubierta
que Pereda[1]
llama "argumentación secuestrada"
y refiere a condiciones estructurales de imposibilidad de argumentar. En
situaciones de extrema pobreza, la argumentación no puede siquiera comenzar
porque la argumentación requiere de ciertos saberes, de ciertas habilidades que
no se han adquirido o se han perdido por la falta de uso.
Esta imposibilidad
de argumentar no sólo debe pensarse en el plano individual, no se trata sólo de
que un determinado sujeto carece de las competencias para participar en el debate sino que alude también a grupos o sectores
cuyas voces quedan excluidas, ya que la
violencia estructural secuestra su
palabra.
“El patrón es
patrón porque sabe 1000 palabras y el obrero es obrero porque sabe 100”, decía Paulo Freire,
divulgando su propuesta alfabetizadora.
En las
escuelas la distancia entre los interlocutores no sólo está marcada por la
condición social, sino que los diálogos
suelen entablarse entre docentes y alumnos; directivos y alumnos donde las
jerarquías, edades y por ende saberes no son equiparables, lo que nos exige a
los adultos una actitud de mayor cuidado
y respeto ya que la jerarquía, la edad y la formación previa nos hacen más
responsables.
Si la violencia se
define como "una forma exagerada
de ejercicio del poder", ¿qué tiene
qué ver con lo micro, con lo mínimo, con frases hechas vaciadas
de sentido, con voces confundidas por
argumentaciones falaces, con grupos silenciados por “argumentaciones secuestradas”?
En lo que venimos
diciendo el poder pierde
espectacularidad pero no eficiencia.
La primera acción: atreverse a nombrar
Parece existir
(...) una exclusión recíproca entre palabra y violencia. Pero el
compromiso ético de hablar, de dar testimonio, de nombrar contra el silencio,
es un punto de partida. Porque, como todos sabemos, en materia de violencia
callar es mortífero. Sin embargo, hablar no es inocente. Y convocar la violencia al espacio de lo
hablable es peligroso.[2]
Porque como bien
decía el poeta Quevedo, "donde
hay poca justicia es un peligro tener razón”.
Para la lectura completa de la ponencia “La violencia en el discurso escolar” consultar Podestá S. (2004) La práctica docente. Saberes y vivencias. Editorial Comunicarte: Córdoba- Argentina
DATOS DEL LIBRO
·
Formato: EPUB
·
ISBN: 9789873669392
Interesados
pueden acceder
a lugares de
venta en todo el mundo desde la página del editor
[1] C. Pereda, “Argumentación y violencia”, en A.
Sánchez Vázquez (editor)(1998) El Mundo de la Violencia. UNAM y Fondo
de Cultura Económica. México. p. 334.
[2] A.M. Rivadeo
“La
Violencia Neoliberal (La Demolición de los Vínculos.
Hacia una Epistemología del Terror)” en A. Sánchez Vázquez (editor)(1998) El Mundo de la Violencia. UNAM y Fondo
de Cultura Económica. México, p. 241.
La primera acción: atreverse a nombrar
Parece existir
(...) una exclusión recíproca entre palabra y violencia. Pero el
compromiso ético de hablar, de dar testimonio, de nombrar contra el silencio,
es un punto de partida. Porque, como todos sabemos, en materia de violencia
callar es mortífero. Sin embargo, hablar no es inocente. Y convocar la violencia al espacio de lo
hablable es peligroso.[2]
Porque como bien
decía el poeta Quevedo, "donde
hay poca justicia es un peligro tener razón”.
Para la lectura completa de la ponencia “La violencia en el discurso escolar” consultar Podestá S. (2004) La práctica docente. Saberes y vivencias. Editorial Comunicarte: Córdoba- Argentina
DATOS DEL LIBRO
·
Formato: EPUB
·
ISBN: 9789873669392
Interesados
pueden acceder
a lugares de
venta en todo el mundo desde la página del editor
[1] C. Pereda, “Argumentación y violencia”, en A.
Sánchez Vázquez (editor)(1998) El Mundo de la Violencia. UNAM y Fondo
de Cultura Económica. México. p. 334.
[2] A.M. Rivadeo
“La
Violencia Neoliberal (La Demolición de los Vínculos.
Hacia una Epistemología del Terror)” en A. Sánchez Vázquez (editor)(1998) El Mundo de la Violencia. UNAM y Fondo
de Cultura Económica. México, p. 241.
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