“la participación deviene práctica
política y metodología para el cambio y la transformación de la sociedad, y se
orienta hacia la radicalización de la democracia.”
Para
Freire [1] la participación popular
es la clave para luchar contra el inmovilismo, la apatía y el silencio frente a
las diversas formas de explotación y exclusión. La participación es poder para
imaginar y transformar el mundo, aquel que nosotros no inventamos, que
encontramos hecho. La participación genera esperanza, porque desarma el
fatalismo. Concientización[2] y participación son
momentos complementarios, que retroalimentan un mismo proceso mediante el cual
el hombre se convierte en hacedor de su historia, en sujeto moral y
políticamente autónomo.
Extraído de
Oraisón
M. “Individuación y participación: tensiones en la
construcción de ciudadanía” en Toro B. Y
Tallone a. (coordinadores) Educación, Valores y ciudadanía .Metas
Educativas 2021: l educación que queremos para la generación de los
Bicentenarios. OEI- Fundación SM: Madrid. Disponible en http://www.oei.es/metas2021/valoressm.pdf
Lectura sugerida:
Freire, Paulo (1993).
«Alfabetización y ciudadanía», en: Gadotti,
M.; Torres,
C.; Puiggros,
A.; (Comp.) Educación popular. Crisis y perspectivas (pp. 95-104). Argentina:
Edit. Miño y Dávila.
Disponible
en línea:
[2] Ibídem,
p. 55. Dice que la concientización es la forma más radical de entender el
mundo. Supone una toma de conciencia que se caracteriza por la profundidad en
la interpretación de los problemas, por la sustitución de explicaciones mágicas
por principios causales, por negar la transferencia de responsabilidades, por
la seguridad de la argumentación, por la práctica del diálogo, lo que implica
un regreso a la verdadera matriz de la democracia.
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