Guelva Sinior Maistro[1]
Cuando llegó a la
precordillera sanjuanina, como ingeniero en Minas, Francisco Wilgfredo Ramos no
sospechó que su vocación iba a trastocarse. En un paraje aislado donde
desarrollaba su actividad- entre las sierras Pie de Palo y De la Huerta- este doctor en
Geología se topó con el ruego de un poblador. Allí escuchó al hombre apellidado
Leyes que -dueño del mejor pozo de agua de la zona, alrededor del cual vivían
unas 100 personas, en un radio de 15 kilómetros- decía:”Sólo le pido a dios que
no me lleve de este mundo sin antes ver a mis hijos leer y escribir.”(...)
Ramos sintió que ese pedido formulado
a Dios tenía un destinatario. Fue entonces que inició los trámites para que el
ministerio de Educación habilitara una escuela en el lugar, pero se sorprendió
con la respuesta que le dieron las autoridades. La resolución para crear la
escuela estaba aprobada, sólo que nadie se había presentado a la convocatoria
para cubrir el cargo.
Corría el año 69 y en una
habitación de adobe en la casa del poblador Leyes, Ramos instaló su catre.
Decidió quedarse un tiempo para poner en marcha el proyecto.(...)
Ramos a la hora de los balances
dice que es una persona feliz porque hace lo que le gusta y rememora el momento
en que quiso irse del lugar porque sintió que había fracasado. Fue después del
primer semestre de clases donde sólo había conseguido que un alumno aprendiera
a leer y escribir.
“Me fui a mi pueblo natal Hinojo,
en la provincia de Buenos Aires- dice-, pensando en mi fracaso como educador,
hasta que recibí una carta del único alumno que podía escribir en donde me
pedía que fuera su padrino de bautismo: ¡Guelva sinior maistro! ”, garabateó. Y
así fue. Volví.”
El con-texto,
espacio histórico- social y vital, tiñe
los hilos argumentales de nuestros testimonios y en todas las narraciones aparece desafiante y controversial la dimensión política de nuestra tarea y la
responsabilidad social que nos cabe en tanto trabajadores de la educación.
Efemérides Escolares- DIA DEL MAESTRO. Recursos para el aula.
[1]
Extracto de la nota que con el mismo nombre apareció en la Revista Educar
en Córdoba. Año 2, N° 2, septiembre 2002.Ediciones La Tiza. Unión de
Educadores de la Provincia
de Córdoba. Pgs. 26-27.
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