Las noticias de julio dan cuenta que más de 30 universidades de todo el país
organizaron un Foro por el Bicentenario, los organizadores plantearon que:
“las naciones latinoamericanas surgieron de la ruptura con el orden colonial. De guerras con los antiguos ocupantes y conflictos con los habitantes de distintas etnias y culturas. De enclaves comerciales y voluntades políticas. Ninguna dejó de debatir qué significaba construir una nación soberana. Pero sí fue cambiando la idea de soberanía. A 200 años de la declaración de la independencia argentina es necesario poner en juego las viejas preguntas y los actuales dilemas. Discutir una nación, su autonomía y sus posibilidades exige partir de su real heterogeneidad, de la consideración de una pluralidad constitutiva de su existencia y del carácter controversial de cualquiera de sus definiciones. Pensar el futuro invita conocer el pasado, pero también tener una atención perseverante sobre el presente. Una nación es un conjunto de memorias, lenguas, territorios, tramas productivas, lazos entre las personas, conflictos y derechos”.
También los medios nos informan que bajo
la consigna “el otro Bicentenario, el de los pueblos”, se movilizó en Tucumán
el pueblo diaguita.
“Desde Tucumán, donde se hizo la ‘declaración de independencia’ de España, nos preguntamos: ¿Qué tenemos para festejar? Se cumplen 524 años de resistencia indígena y popular, y 200 años de la constitución de un estado represor y genocida”(…)Firmada por la Unión de los Pueblos de la Nación Diaguita de Tucumán, el escrito aborda la historia desde un punto de vista silenciado por el discurso oficial: “Nuestra lucha es un proceso de siglos, donde nuestros abuelos resistieron la instalación paulatina del Estado en territorio diaguita del Valle Calchaquí, de Tafí y Trancas, y luego resistieron la invasión de encomenderos devenidos en terratenientes”.Explican que el Estado facilitó e impulsó la “ocupación territorial”, donde a los pueblos indígenas se les asignó el rol de ser la servidumbre de los grandes estancieros.
¿Cómo y por
qué abordar estos hechos en el aula?
Consultamos
el Diseño Curricular Ciclo Básico de la Educación Secundaria.
Ministerio de Educación de la
Provincia de Córdoba. Asignatura: Ciudadanía y
participación Pp-163-164
Allí en el
detalle de uno de los ejes temáticos, CONSTRUCCIÓN HISTÓRICA DE LAS
IDENTIDADES, se detallan los siguientes aprendizajes y contenidos:
Reconocimiento, respeto y valoración de la diversidad de
identidades personales y proyectos de vida, individuales y/o colectivos, que coexisten en diferentes
contextos sociales, históricos y culturales a partir de entrevistas con
adultos, jóvenes y otros actores sociales.
Reconocimiento de la preexistencia de los pueblos originarios
americanos y los procesos históricos de mestización e hibridación cultural.
Lectura crítica de la pluralidad, expresiones culturales,
cosmovisiones y sistemas valorativos, generando espacios de convivencia y
participación para la difusión y defensa de derechos identitarios.
Conocimiento creciente de sí mismo y de los otros a partir
de la expresión y comunicación de sentimientos, ideas, valoraciones y la
escucha respetuosa. Puesta
en juego en espacios de confianza y libertad, organizados en colaboración con
el docente, mediante cuentos, relatos, películas y otros recursos.
Análisis y valoración de las formas de resistencia y
defensa de la dignidad, generadas por parte de los grupos subordinados
–poblaciones en situación de pobreza, migrantes y otros sectores excluidos-
ante diferentes formas de prejuicio, maltrato y discriminación
Para vincular este eje Construcción de Identidades con el eje Derechos y participación, sugerimos la lectura de
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